Libros publicados






Mariposas, caos y poesía

Gianni Darconza-Italia

Hay en la poeta colombiana Marisol Bohórquez Godoy coincidencia entre su obra y su trayectoria vital. Nacida en medio de la naturaleza colombiana, vivió su infancia en comunión con la tierra y con la selva. De allí aprendió unas verdades primarias que se manifiestan en sus versos. En sus poemas entramos en contacto con la espiritualidad y la intimidad de la poeta, en un viaje que nos lleva a descubrir “el mar y sus abismos”, e intenta liberarse de toda cadena que impone la sociedad contemporánea, en un vuelo hacia lo infinito entre colores, olas del mar, mariposas, hojas secas flotando en el viento. Como cuando nos invita a buscarla “en las mariposas que llenan el aire de color / y llevan tatuado el infinito en sus alas” (“Allí donde habita mi nombre”).

Por otro lado los estudios científicos de Bohórquez se reflejan en poemas como “Sistema binario” o “Con tendencia a infinito”, donde los números y las funciones matemáticas se convierten en una perfecta metáfora de ese afán hacia lo infinito y lo absoluto al que nos lleva el amor. “El poema que no quiso ser escrito” es una poderosa denuncia contra la violencia de la guerra vivida por la poeta en su niñez, e incluso antes de su nacimiento, cuando el miedo ante el horror y la violencia parece trasmitirse, como el ADN, de madre a hija.

Detrás de temas aparentemente inquietantes, como la muerte, la soledad, el olvido y la guerra, hay una voluntad de buscar, más allá de las apariencias y las ilusiones que el mundo moderno nos ofrece como únicas verdades, lo eterno y lo duradero. En este sentido frente al dolor de vivir Bohórquez cree profundamente en el poder de la palabra, y la figura de la mariposa, al mismo tiempo símbolo de lo efímero y de la belleza, es una metáfora perfecta de la poesía. El aleteo de la mariposa, a pesar de su aparente fragilidad, puede llegar a desencadenar, según las modernas teorías del caos determinístico, un huracán de sensaciones y emociones en el lector. Y en esto, yo creo, reside la belleza y la fuerza de la poesía de Marisol Bohórquez.








Desde una línea invisible que simboliza la fuga, pero de igual manera la aprehensión de la palabra herida, Marisol Bohórquez traza en el magma de La soledad de los espejos, el instante hecho grito en el que se asoman las fibras más temblorosas de sus interrogaciones metafísicas. Pero, ¿cuánto de mí se ha escapado contigo que ya no reconozco mis pasos? Nos dice en uno de sus versos, y en esta pérdida, de sí, del otro, a través de sus atmósferas íntimas que se convierten en eje central de este libro, vemos cómo la autora va ondeando las banderas de los intrincados e inexplicables caminos del amor, logrando un exquisito equilibrio de alteridades, que nos recuerdan desde su voz que cada imagen, cada pregunta, o cada desgarradura, significan también una alegórica puerta hacia el reencuentro de nosotros mismos.

                                                                              Amparo Osorio

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas destacadas

A mi patria

  Yo, como un exiliado en tierra extraña sufro el hambre de tu cielo porque la patria te persigue siempre para re...