en tierra extraña sufro el hambre de tu cielo
porque la patria te persigue siempre
para recordarte que un árbol sin raíces
es un árbol que lentamente se marchita
Y cuando todo este universo
colmado de farsantes
se extinga en mis pupilas
y me quede solo un verso al final
de mis pasos ya cansados
Iré a buscarte con mis huesos
curtidos por el tiempo
y en un abrazo sin retorno
te entregaré en silencio
la última gota de mi afán